La residencia de Puigpunyent fue construida por iniciativa del ex presidente del Govern Gabriel Cañellas.

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ANTONI BETTI/CARMEN RUIZ
El Ajuntamet de Puigpunyent ha solicitado al Govern de les Illes el uso de la residencia del municipio en beneficio de los mayores de la localidad. El centro geriátrico, con capacidad para 12 plazas, está cerrado desde el pasado mes de mayo por el déficit económico acumulado. La residencia de Puigpunyent, inaugurada hace diez años aproximadamente, fue creada a raíz de un acuerdo entre el ex presidente Gabriel Cañellas y el sacerdorte Francesc Llinàs, que donó los terrenos para hacer el centro.

Desde su puesta en marcha, el geriátrico fue gestionado por la congregación Agustinas Hermanas del Amparo hasta mayo de 2003, en que las hermanas deciden abandonar el proyecto «por imposibilidad material de continuar financiando en solitario la residente». De hecho, al finalizar el año 2002, la situación económica «era de quiebra absoluta», según la reverenda madre de la congregación. La deuda era de 243.394 euros (39 millones de pesetas).

La congregación reprocha que el anterior Govern de Pacte de Progrés y el ex alcalde Josep Muncunill no fuesen capaces de renovar el convenio suscrito en 1995, lo que impidió el pago de la parte correspondiente del Ejecutivo autonómico durante tres años. La ex consellera Fernanda Caro se comprometió a asumir la gestión del centro, pero no se llegó a materializar.