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«Un pueblo que no tiene pasado no tiene identidad». Muchos sentimientos y una profunda emoción presidieron ayer el homenaje que año tras año se rinde en el cementerio de Manacor, Son Coletes, a los republicanos asesinados durante la guerra civil española y que ayer tuvo una mención especial a las cinco enfermeras catalanas fusiladas en Manacor en el 36 y a dos represaliados manacorins, Macià Sureda y Bartomeu Fons. Se contó con la presencia de los familiares de dos de las enfermeras, Daria y Mercedes, que recordaron a las fallecidas agradeciendo este acto.

Jaume Santandreu dirigió un acto más concurrido que nunca, participaron unas 300 personas y en el que fueron muchos los que tomaron la palabra. En el transcurso del acto Joan Lladó (ERC) recordó al Ajuntament de Manacor que no ha cumplido el acuerdo de pleno por el que se comprometía, hace un año, a retirar los monumentos franquistas y también se hizo mención al mural de Andreu Pascual Frau.

Hubo otras intervenciones y Manel Carmona (EU-EV) recordó a Gustau Fernández regidor del PSM fallecido el mes de junio. El acto contó con la presencia de Maria Rosa Bonàs, diputada en Madrid d'ERC. Se hizo un minuto de silencio para las víctimas de la violencia y la guerra.