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El convento de las Franciscanas de Son Carrió, después de años de ser reivindicado por los vecinos, ya ha pasado a ser propiedad municipal. El Ajuntament de Sant Llorenç ha firmado esta semana un contrato con las monjas a través del que se compra el edificio por un valor de 360.000 euros. Hasta el día de hoy, el Consistorio tenía alquiladas las instalaciones y las destinaba a comedor social. Una vez adquirido el Convento, se seguirá manteniendo el mismo uso pero se ampliará a otros actos sociales así como culturales y en el futuro podría utilizarse para otras actividades municipales. El alcalde de Sant Llorenç, Mateu Puigròs, se mostró muy satisfecho con esta ampliación del patrimonio municipal, «ya que esta era una petición de los carrioners».

La mayor parte del convento se mantiene en buen estado. «Hacía tiempo que teníamos ilusión de adquirir el convento. Lo teníamos alquilado desde hace una serie de años. Este lunes firmamos un contrato con los titulares del edificio a través del que llegamos al acuerdo de abonar este año el 20% y el resto lo iremos pagando posteriormente de tal manera que en 2006 quede totalmente liquidado». La labor de comedor social llevada a cabo en el convento ha sido muy positiva. La Asociación de la Tercera Edad de Son Carrió es la que se encarga de la gestión del mismo. Ya hace cuatro años que está abierto y se han cumplido todos los objetivos, según explicó el alcalde. «Al año se sirven 5.000 menús. Esto equivale a 15 menús diarios. La gente de la tercera edad ha trabajado mucho para que esto sea posible. Seguiremos manteniendo estos comedores y potenciando los servicios destinados a los mayores».

Según se desprende de la Agenda Local 21 de Sant Llorenç hay una tendencia al envejecimiento de la población, lo que provoca la emergencia de nuevas necesidades sociales. A parte de estos usos, el edificio también se destinará a actividades culturales. Así, se llevarán a cabo los cursos de formación y los cursos para adultos así como exposiciones. El alcalde explicó que ahora se hará un proyecto para analizar si se tienen que llevar a cabo algunas obras en el edificio y se estudiará si en el futuro se puede utilizar este edificio para otros usos. El convento tiene una superficie construida de 730 metros cuadrados. Su estado de conservación es bueno. Dispone de planta baja y dos pisos. La segunda planta es la que se encuentra en peor estado. Las monjas llegaron a Son Carrió a principios del siglo XX y hace unos tres años dejaron el convento. La falta de vocaciones de hoy en día provoca que se cierren estos edificios, sobre todo, en pueblos pequeños.