De «sorprendente y nunca visto», puede calificarse el espectáculo
que ofrece la frenética actividad de hombres y máquinas que
trabajan en la adecuación del terreno sobre el que se prevé que
dentro de un año, en verano de 2005, puedan transitar a toda
velocidad los vehículos usuarios de esa nueva vía rápida, que
oficial y técnicamente será una autovía o carretera desdoblada,
pero que todo el mundo ya se refiere a ella como «autopista».
Lo que más llama la atención a los que transitan por la actual y
saturada carretera, es la cantidad de máquinas de gran tamaño (unas
30, según el personal que allí trabaja), que se utilizan para la
transformación del terreno. Nunca se había visto tantas trabajando
al unísono en una obra pública mallorquina de este calibre (8,5
kilómetros con un presupuesto de 30,38 millones de euros, desde
s'Arenal al polígono de Son Noguera). «En febrero hay que tener el
trazado listo», asegura uno de los técnicos.
Los gigantescos brazos de las cuatro máquinas excavadoras
alineadas una tras otra desbrozando el terreno, sugieren al
espectador la imagen de una mastodóntica araña que escarba el
terreno en busca de su presa. Por otro lado, las poderosas palas
mecánicas se encargan de rellenar la carga de los vehículos de
transporte de tierra, cuyo tamaño empequeñece al conductor. Más
lejos otras máquinas se encargan del meticuloso trabajo de
«esculpir» y comprimir el terraplén que ha quedado al descubierto
en vertical, por la diferencia de niveles.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.