Jaime Puigserver fue el único minusválido que optó a una
vivienda y participó en un sorteo para ocupar una de los dos
inmuebles. Puigserver asegura que la vivienda que le tocó (7B)
tiene «mucha peor adaptación que la 7A, que ha sido adjudicada a
una familia que no tiene problemas de minusvalías». «El acceso a la
otra vivienda es mejor, además tiene una rampa para acceder a una
terraza y la cocina es mucho más amplia, lo que permite mayor
movilidad con la silla de ruedas», explica a este diario.
Puigserver argumenta en un recurso presentado ante el Institut
Balear de l'Habitatge (Ibavi) que «siendo el único minusválido que
concurría a esta promoción debería haber escogido la vivienda que
mejor se adaptará a mi minusvalía y no se debería haber producido
sorteo, en este caso, sin concurrencia de otros minusválidos. De
esta manera, la vivienda peor adaptada se habría adjuntado a las
restantes para no minusválidos».
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