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X.FERRER/S.VENEGAS
Las ofertas de última hora a precios muy económicos y el «todo incluido» de los hoteles de Cala Rajada han fomentado, este año, un turismo de muy bajo poder adquisitivo. Los hoteles están casi el cien por cien de ocupación, mientras que el sector complementario se queja de la mala temporada. El contraste en Cala Rajada se aprecia, sobre todo durante el día, en que las terrazas de los restaurantes y los numerosos souvenirs y tiendas están prácticamente vacías, aunque por otro lado las piscinas de los hoteles y las playas como la de Son Moll rebosan de turistas ávidos de sol.

Al igual que en otras zonas costeras, son numerosos los turistas que una vez han consumido en cualquier bar o restaurante de la zona se aventuran a enseñar la pulsera del todo incluido. Este hecho indigna a la mayoría de los propietarios de los establecimientos que a pesar de la mala temporada se niegan a la guerra de precios. Los comerciantes no disminuyen sus tarifas al considerar «que no interesa entrar en esta dinámica porque hace más de 30 años que regento el negocio y tengo precios estipulados», según la propietaria de un souvenir.

En algunos casos, esta tendencia cambia ya que algunos establecimientos hacen ofertas especiales como los conocidos como happy hour u ofrecen algunos productos más baratos como por ejemplo la sangría o los licores. Otro de los aspectos que preocupa a los comerciantes de la costa gabellina son los bajos precios de las ofertas hoteleras. «Estas ofertas revientan el turismo y lo están degradando», decía el encargado de un restaurante: «El más perjudicado es el cliente fiel que paga más que los que aprovechan las ofertas», comenta Paco Carayol.