No obstante, los grandes protagonistas de la jornada fueron los
animales autóctonos donde destacó la presencia de numerosas
variedades de cerdos mallorquines. Las cabras, los caballos y los
perros también tuvieron su lugar en la feria de Sant Joan. Así
mismo, los productos agrícolas y artesanos centraron la mayoría de
los puestos de venta. Pocos fueron ayer los que no aprovecharon
para adquirir productos mallorquines.
Los xeremiers fueron los encargados de animar la feria con el
sonido de sus instrumentos, recorriendo las calles más céntricas de
Sant Joan. La Fira del Quart Diumenge, fue, sin duda un éxito de
participación donde el frío y la amenaza de lluvia no consiguieron
deslucir la primera feria de la comarca.
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