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«El secreto de una buena ensaimada casera hecha a la antigua es que fermente bien». Ésta se convirtió ayer en la clave para elaborar una ensaimada como las de antes; un secreto que, aunque con voz baja, circuló ayer de boca en boca en Son Servera. A parte del tiempo de fermentación, un ensaimada tiene que partir de una materia primera de calidad. La harina, los huevos y el azúcar, como el aceite y la manteca para estirar la masa, hacen de la ensaimada uno de los dulces más preciados. El arte de cocinar una buena ensaimada y también de degustarla, compitieron ayer por igual en la localidad Son Servera.

Unas quince ensaimadas elaboradas por los vecinos del pueblo compitieron en el concurso de elaboración de ensaimadas organizado por el Ajuntament en el marco de las fiestas de Sant Joan. Fue el numeroso público concentrado en la plaza quien se erigió en jurado. Los vecinos pudieron juzgar el mejor dulce, saboreando un cachito de las quince ensaimadas serverinas.

La regidora de Fiestas, Magdalena Massanet, comentó que el objetivo de la original iniciativa «es sobre todo, animar a la gente joven a que recupere el arte de elaborar las ensaimadas, puesto que ahora sólo la gente mayor hace estos dulces».