Como marca la tradición, el alcalde después de la comida, junto a su mujer, baila la jota de La Victória mientras el pueblo le va tirando almendras. Foto:M.M.

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Unas trescientas personas, menos de las que había previsto la organización, participaron ayer en la fiesta de la Mare de Déu de La Victòria, en Alcúdia. Un día en que los alcudiencs disfrutan haciendo participar al alcalde de la fiesta. Después de comer una paella elaborada por L'Obreria dels Amics de la Victòria, con la que cada año se recaudan fondos para rehabilitar y mantener la ermita de La Victòria, el director de la banda municipal de música de Alcúdia, Jaume García, cedió, como manda la tradición, la batuta al alcalde para que dirigiera un pasodoble. Pero además, este día, el alcalde, Miquel Ferrer, bailó con varias mujeres del pueblo «Paquito el chocolatero» y como último trámite bailó con su mujer en eballador situado junto a la ermita una jota típica de Alcúdia conocida como la jota de La Victòria, momento en que recibió una copiosa lluvia de avellanas y caramelos, que los más pequeños se encargaron de recoger.

Tras el baile muchos alcudiencs aprovecharon el sol de ayer para darse un baño en s'Illot y acabar así las fiestas de la Mare de Deú de la Victòria, que en la noche del viernes reunieron a centenares de personas en una verbena en la que el restaurante El Mirador obsequia a todo el mundo con ron. Desde primera hora de la mañana de ayer La Victòria se llenó de familias que participaron en una misa en la que se ofrece manzanilla a la virgen.