El portavoz socialista en el Ajuntament de Calvià, Antonio
Manchado, ratificó ayer ante el fiscal anticorrupción de Balears,
en todos sus extremos, la denuncia presentada contra el tránsfuga
Joan Thomàs, que tras romper con su partido -UM- votó junto al PP a
favor de la recepción de la urbanización Nova Santa Ponça,
propiedad de los Nigorra. Manchado cree que tras esa decisión, que
provocó un cisma político en Balears y que obligó a intervenir a la
dirección de Partido Popular encabezada por el president del
Govern, Jaume Matas, «hay un posible caso de corrupción», según
declaró ayer poco antes de comparecer ante el fiscal.
«Thomàs ha llegado a esta situación (tras dimitir de sus cargos,
pero sin abandonar su acta de concejal) porque no le ha quedado más
remedio», dijo. «Dimitió porque Carlos Delgado tenía una amenaza
del PP, del señor Matas, en cuanto a que si no cesaba a Thomàs lo
cesarían a él. Por eso, el acuerdo entre ambos fue «vete tú antes
de que nos echen a los dos». Este hombre se ha quedado sin cargos y
ahora veremos si también se queda sin sueldo, teléfono y
secretaria», añadió.
El dirigente socialista confirmó que había presentado al fiscal
anticorrupción una carta firmada por Miguel Nigorra remitida en
2003 a al ex alcaldesa Margarita Nájera en la que aceptaba la
recepción de su urbanización «pagando tres veces más de lo que
finalmente lo hizo gracias al voto de Thomàs». Explicó que los
indicios para probar un caso de supuesta corrupción en la actuación
de Thomàs son su «cambio de actitud tres días antes del Pleno en
que se votó la recepción de la urbanización y la actitud del
alcalde, que ha podido hacer dejación de obligaciones en cuanto a
defender los intereses municipales». Manchado, asimismo, calificó a
Thomàs y Delgado de «exponentes de los malos políticos».
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