La casa, propiedad de la parroquia, está ubicada en la calle Pedro Antonio Servera, número 24. Foto: A.BASSA

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Los jóvenes de Son Servera tendrán su propio casal. Contar con un espacio donde poder organizar diferentes actividades era su reivindicación. El Ajuntament les concederá la infraestructura pero tendrán que tener mucho cuidado con los actos que organicen, puesto que queda «terminantemente prohibido la celebración en el inmueble de actos, actividades o manifestaciones de cualquier tipo o naturaleza que contradigan, ofendan o atenten contra la imagen, doctrina, moral y fines de la Iglesia católica». Así lo dispone la cláusula tercera del convenio entre el Ajuntament y la parroquia de Son Servera que el lunes por la noche aprobó, en el pleno, el equipo de gobierno (PP-UM) con fuertes críticas por parte de la oposición.

A través de este convenio, la parroquia cede al Ajuntament por un periodo de 20 años un inmueble de su propiedad para ubicar el futuro Casal de Joves. A cambio, el Ajuntament se compromete a hacer una reforma de la casa presentando un proyecto de al menos 240.000 euros. La regidora de Juventud, Francesca Martí (PP), justificó que «después de haber estudiado otras posibilidades, hemos acordado que la mejor opción era este inmueble porque es un lugar muy céntrico». La oposición criticó duramente los términos en que se redactó el convenio. Todos coincidieron en defender la necesidad de ofrecer a los jóvenes un casal pero que fuera en un edificio propiedad del Ajuntament. Antoni Oliver (PSM) manifestó que «queremos un casa para los jóvenes pero que pueda ser gestionado con el máximo de libertad y autonomía. Además, los 240.000 euros son a fondo perdido».

Conxi Peña (EU-EV) defendió que «es indignante que el Ajuntament invierta dinero en una propiedad que en 20 años tendrá que devolver. También no se cómo se puede firmar desde un Ajuntament, una administración que ha de ser laica, un convenio de estas características». Por su parte, Josep Barrientos (PSOE) expresó que «con este convenio se da a entender que los testigos de Jehová, los islámicos o los evangelistas no son jóvenes de Son Servera que puedan disfrutar del casal». El alcalde Damià Ripoll (PP) respondió que «es falso que con este convenio cerremos las puertas a nadie. Es un convenio con una entidad del pueblo y todos los jóvenes podrán disfrutar de su casa».