SFM quiere impulsar de nuevo el alquiler de las estaciones de tren inutilizadas

En la actualidad, pocas estaciones están abiertas al público y funcionan como tal para la venta de billetes y espera de los trenes. Sólo las más importantes, por el mayor volumen de viajeros diarios, como son las de Palma, Son Fuster (ahora por las obras del soterramiento), Inca, Marratxí, sa Pobla, Manacor y Enllaç cuentan con personal en las estaciones.

Otras hace unos años fueron cedidas a los ayuntamientos para su uso y conservación. Este es el caso de las estaciones de Binissalem, Santa Maria, y sa Cabana, donde las instalaciones ferroviarias son utilizadas por distintas asociaciones vecinales o para bibliotecas. Los ayuntamientos, según el acuerdo alcanzado con SFM, correrán a cargo con todos los gastos de mantenimiento del edificio. En Sineu, asimismo, la estación es una galería de arte.

Únicamente las estaciones de Llubí, Muro, Sant Joan, Lloseta y Alaró-Consell están totalmente inutilizadas. Es decir, los edificios se encuentran cerrados después de haberse ejecutados rehabilitaciones importantes en sus edificios. «El problema de estas estaciones», indica Pons, «es que no están ubicadas en el caso urbano. En su día, ya se intentó sacarlas a licitación para mejorar el servicio de las estaciones, pero quedó desierto». Además, no son inmuebles muy espaciosos, lo que también constituye una problema para los interesados en optar a la licitación.

Pero a juicio del gerente de SFM, en estos momentos se pueden dar los factores necesarios para reactivar esta iniciativa. «El volumen de viajeros ha aumentado y esto es positivo para volver a plantearnos el alquiler de las instalaciones. Lo ideal sería un negocio -cafetería o algo similar- para que esté abierto el mayor de tiempo posible», subraya Pons.