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J.R./MICHELS
Las obras y el cierre de un tramo de la autovía Palmanova-Peguera provocaron ayer un atasco monumental que se prolongo durante prácticamente todo el día. «No recuerdo un atasco como éste», indicó un conductor que se vio inmerso en las retención durante 45 minutos para recorrer tan sólo tres kilómetros. El enfado de los conductores aún fue mayor al constatar que ni Guardia Civil ni Policía Local regulaban el tráfico. Por una parte, se desvió el tráfico por la nueva calzada de la autovía en el tramo comprendido entre Santa Ponça y Costa de la Calma. La conexión de la nueva calzada se efectuó en entre la rotonda de Santa Ponça y la gasolinera de Costa de la Calma.

Además, desde primera hora de la mañana quedó cerrado al tráfico la conexión de la carretera comarcal con la autovía en dirección a Palma, a la altura de Palmanova, lo que originó un embotellamiento kilométrico hasta Santa Ponça. La empresa constructora cerró un tramo de la carretera para proceder al entroncamiento de la autovía con la nueva carretera, pero aún siendo sábado el atasco fue de grandes dimensiones. Las conexiones con Son Ferrer y El Toro se vieron afectadas y los usuarios de estas vías quedaron atrapados en las retenciones.

Ambas actuaciones provocaron que la carretera alternativa quedará totalmente colapsada. De hecho, los coches casi se pegaban unos con otros. Las obras de la autovía comenzaron a primera hora de la mañana y conforme transcurría el día aumento el colapsó que no finalizó hasta bien entrada la tarde.