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Los trabajadores de Yanko han presentado en el juzgado de Inca una querella criminal contra Javier Camp Vila y contra Forbic SL por las presuntas irregularidades cometidas durante la presentación del concurso de acreedores que afecta a la marca Yanko. Ayer se retomaron las reuniones entre empresa y trabajadores con la mediación de los administradores concursales sin que haya habido acuerdo. Los trabajadores sospechan que se han ocultado datos decisivos en el proceso como la operación de venta de la nave que Yanko poseía en Llucmajor o el traspaso de los locales de Barcelona a la firma Dolce Gabana.

En la querella los trabajadores exponen que apenas cinco días antes de presentar el concurso de acreedores se produjo la venta de la nave de Yanko en Llucmajor a la empresa Cesgarden y que, acto seguido, se firmó un contrato de arrendamiento de la nave pasando Yanko a pagar una renta equivalente a las cuotas de la hipoteca de manera que la nave se sigue pagando al mismo precio pero para alquilar en lugar de comprar, algo que los trabajadores consideran «sospechoso».

Pero las sospechas de los trabajadores no acaban ahí. También denuncian que un día antes de presentar el concurso Yanko resolvió el contrato de arriendo que tenía sobre el local que ocupaban las oficinas y la tienda del Paseo de Gracia en Barcelona, sustituyéndolo por un contrato con menos derecho. Los trabajadores sospechan que «debió mediar una contraprestación» más teniendo en cuenta que el diario «El País» publicó después que Dolce Gabana pagó por dicho local en concepto de traspaso un millón novecientos mil euros.