Miquel Ramis, alcalde saliente. Foto:TERESA AYUGA

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CARME MORENO/A.H.

Mientras UM, PSOE y Grupo Mixto consideran positivo el «cambio progresista», no se hicieron esperar las críticas de los populares y el ex alcalde Miquel Ramis (CDM), que consideraron que aunque la moción de censura es legítima se sustenta con el apoyo de un «tránsfuga» Ramon Quetgles, que dejó el PSM a causa de las discrepancias con la creación del bloque progresista.

Amengual (PSOE) inició su discurso afirmado que «la grandeza de la democracia es que cualquier momento se pueden cambiar las personas. Hasta ahora, el equipo de gobierno tenía seis regidores y la oposición siete». «En Muro falta cultura de pacto y para pactar se tienen que buscar compañeros con ideas conjuntas y sin renunciar a las ideas de nuestro partido. Con Quetgles se ha constatado que los tres partidos de la oposición tenían las mismas ideas en la mayoría de cosas por lo que era obligación pactar», indicó. Una de las cuestiones que recalcó Amengual es que estábamos en contra del endeudamiento que supondría el proyecto de embellecimiento del casco antiguo».

Con tono serio y conteniendo la emoción, Miquel Ramis (CDM) afirmó que «en ningún momento he pensado que el cargo de alcalde fuera vitalicio porque, en el año 1995, cuando tenía una mayoría absoluta a mis espaldas transmití el primer lugar en el partido a Pere Amengual». También quiso aclarar que con esta moción «no se quita un gobierno de derechas». «Muro continúa siendo de derechas; quiero recordar que Jaume Perelló y Miquel Barceló, de Unió Mallorquina, provienen del PP», dijo.