Los vecinos de Vilafranca llegaron en romería hasta la carpa de la inauguración mostrando sus camisetas.

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El pueblo de Vilafranca aprovechó el acto oficial de puesta en servicio del desdoblamiento entre Montuïri y su localidad, para mostrar su desacuerdo con muchos detalles del proyecto final porque consideran que el municipio queda aislado.

Regidores y más de treinta vecinos, portaban camisetas hechas expresamente que mostraban el lema: «A Vilafranca també existim». Los vilafranquers consideran que el Consell no ha escuchado sus peticiones ni muchas de las alegaciones al proyecto que aprobaron por mayoría en pleno.

La eliminación de la rotonda de Porreres y su sustitución por un puente, la falta de una salida directa hacia Manacor, de una pantalla sonora o la adecuación de pasos para animales, son algunas de las reivindicaciones que el Ajuntament considera que «no han sido escuchadas».

Tras descubrir el monolito y cortar la cinta oficial, las autoridades encabezadas por la presidenta del Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar, se dirigieron a la carpa para realizar los parlamentos. Una vez allí, un joven de Vilafranca accedió a la zona de autoridades y entregó una camiseta al alcalde Jaume Sansó quien se quitó la americana y se puso la reivindicativa prenda.

En su discurso el alcalde lamentó que «hace cinco años este desdoblamiento era el desdoblamiento del consenso de todos» pero «hoy estos vecinos han venido aquí reclamando mejores accesos, mejor redistribución del tráfico y quiero darles la razón y pedir a los responsables del Consell que mejoren los accesos».