Las autoridades, encabezadas por el conseller Font y el alcalde Cifre, inauguraron la planta depuradora.Foto: M.RAMIS

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La planta Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Pollença ha pasado de ser en apenas cuatro años, la más obsoleta de las Islas a ser líder en cuanto a depuración y reaprovechamiento energético, toda una apuesta por recuperar la calidad de las aguas de la bahía de Pollença y acabar de una vez por todas con una década de vertidos fecales que provocaban serios problemas de salubridad, especialmente en los meses de verano.

La contaminación de pozos y del torrente de Sant Jordi y los vertidos de aguas sucias al mar son ya historia según afirmó el equipo técnico y político de la Conselleria de Medi Ambient que inauguró ayer por todo lo alto las nuevas instalaciones. La visita a la planta depuradora de la comitiva de autoridades y vecinos, encabezados por el conseller de Medi Ambient, Jaume Font, tuvo parada obligada en la desembocadura de la planta al torrente de Sant Jordi «para que podais ver realmente lo limpia que sale el agua», dijo Font.

Y es que la planta depuradora de Pollença ha sido un auténtico quebradero de cabeza para las autoridades municipales y autonómicas que han necesitado cuatro largos años para combatir, parece que definitivamente, una lacra histórica.