Los trabajadores, minutos antes de que diera comienzo la asamblea en el interior de la fábrica. Foto: M.M.

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MARTA MEDRANO
La asamblea celebrada ayer entre los trabajadores y representantes de Yanko concluyó ayer con gritos de «desvergonzados» a los empresarios y añadió más tensión al conflicto.

La jornada comenzó a las 9.30 horas de la mañana a las puertas de la fábrica de Yanko situada en la calle Binissalem de Inca, donde se congregaban centenares de trabajadores.

En la calle el representante de UGT, Manuel Pelarda, explicó a los trabajadores cómo proceder en la reunión. «Recordad que os deben 47 días y que si no se concreta cómo se cobrarán no hay que recoger los papeles del paro. Nos negamos a que con el dinero que nos corresponde compren material», dijo.

Un consejo que finalmente tuvieron que utilizar los trabajadores ya que la empresa les comunicó que no tenía dinero para pagar los sueldos pendientes de julio y agosto. Así, la plantilla se negó a recoger ayer los papeles del paro que ahora la empresa les tendrá que remitir vía fax o por correo certificado a sus domicilios.

Lo que ayudó a encender más los nervios fue el anuncio de que un grupo reducido de trabajadores sí han cobrado los meses de julio y agosto.

«No tienen vergüenza. Ahora resulta que sí ha habido dinero para pagar a los que más cobran y que son más afines a la empresa y no para el resto. La empresa siempre ha jugado a dividir», explicaba al concluir la reunión, que duró solo diez minutos, la presidenta del comité de empresa, Antonia Capó. «Con el dinero de los sueldos que se han liquidado se podría haber pagado la mitad de lo que se debe a toda la plantilla», añadía Pelarda más tarde.