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ELENA BALLESTERO
El Ajuntament de Pollença procedió ayer a la conexión de un nuevo pozo de la zona de Son Vila a la red de aguas municipal con la esperanza de mejorar la calidad del líquido que desde el pasado viernes es completamente salado.

El nuevo pozo, situado en la finca de Can Feliu, tiene un caudal de 20 metros cúbicos hora. Un pozo de excelente caudal extraería 50 metros cúbicos hora, según confirmó el regidor de Medi Ambient, Joan Comas que se mostró extremadamente preocupado por el mal momento que atraviesan los acuíferos del municipio.

«Este pozo es ya nuestro último recurso para mejorar la calidad del agua y si no funciona tendremos que pasar el resto del verano con agua salada», dijo Joan Comas que insiste en que «es absolutamente necesario que se aceleren los trámites para construir la desaladora para que tengamos una solución definitiva a los problemas de falta de agua que tiene el municipio».

Hace ya aproximadamente dos semanas que el regidor Joan Comas advirtió que la salinización de los pozos sería inminente dado el elevado consumo de agua que se dispara especialmente coincidiendo con la temporada alta turística.

El problema de la mala calidad del agua en Pollença es ya un problema histórico en el municipio. Durante la pasada legislatura se aprobó el Plan Hidrológico del municipio que contemplaba toda una serie de medidas para paliar las necesidades como la realización de nuevas perforaciones o la sustitución de las piezas obsoletas de la red municipal de aguas con la intención de reducir las fugas pero hasta el momento las medidas adoptadas no han sido suficientes.