P. Candia20/09/06 0:00
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La Sección Tercera de la Audiencia de Palma ha revocado una sentencia dictada por un juez de Palma que había estimado una demanda por intromisión ilegítima en el honor presentada por tres altos cargos de la Cooperativa de Viviendas Invaer y de la Entidad Urbanística de Cooperación en contra del presidente de la Asociación de Vecinos de Sant Marçal, Natxo Knerr. El recurrente empleó términos ofensivos y «veladas calumnias» contra los cargos del Invaer en una carta enviada al alcalde de Marratxí y en una pagina web. La primera sentencia daba la razón a los altos cargos de Invaer y el juez declaró que se había producido «una intromisión ilegítima en el honor de los actores», condenando al demandado a abonar 9.000 euros a cada uno de los demandantes. Asimismo, condenó a Knerr a difundir la sentencia en los mismos medios en que se hicieron públicos los escritos.

Sin embargo, la resolución de la Sección Tercera de la Audiencia, de la que fue ponente el magistrado Carlos Gómez, señala que deben ser «ponderadas tanto las circunstancias concurrentes como la condición pública de las personas o de la materia a la que se refieren la expresiones vertidas». Y añade: «Pues bien, los actores no son personas puramente privadas que se dediquen a la actividad empresarial sino que forman parte de la junta de la Entidad Urbanística de Conservación de la urbanización de Sant Marçal... Está claro que la intención del presidente de la Asociación de Vecinos no era ofensiva sino de crítica de la gestión de la junta de la entidad urbanística en el campo de actuación puramente público que le es propio». La sentencia recuerda que el Tribunal Supremo «ha venido admitiendo la crítica, incluso en términos de dureza, las expresiones desafortunadas respecto de actuaciones de personas que desempeñan 'cometidos directivos con relieve social' e incluso la crítica 'llena de acritud, desconsiderada y con imprecisos y torpes juicios sobre el actor'».

Por ello, concluye que las expresiones utilizadas en esta demanda «no constituyen intromisiones ilegítimas en el honor de los actores».