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MARTA MEDRANO
La resolución de expedientes urbanísticos volvió a ser el detonante de un rifirrafe entre el actual equipo de gobierno (PSOE, PSM y UM) y la oposición (PP y CDM). Aunque los cinco expedientes de infracciones urbanísticas que pasaban ayer por el pleno se arrobaron con la abstención de la oposición y sin apenas debate fue en el turno de ruegos y preguntas cuándo se calentó el ambiente y el alcalde Pere Amengual y el portavoz del PP y anterior concejal de Urbanismo, Nofre Plomer, se enzarzaron en una discusión que acabó con gritos de «dictador», llamadas al orden por parte del alcalde y finalmente con la suspensión del pleno.

Amengual acusó a Plomer de haber dejado que siete expedientes de infracciones urbanísticas caducaran durante su mandato al no llevarlos al pleno y de haber realizado en nueve casos rebajas de multas sin el pertinente informe de los técnicos. Tras estas acusaciones de «favoritismo» Plomer justificó su política arremetiendo contra el alcalde de la anterior legislatura, Jaume Perelló (UM), ahora en el equipo de gobierno.

«Muchos afectados por expedientes de multas o demoliciones venían a verme y me explicaban que el anterior alcalde les había dado un permiso verbal para realizar la obra. Por eso yo trataba de rebajar las multas al máximo, entre un 50 y un 100 por cien. Lo hacía sin favoritismos», contó.