Aún así ni Dragados ni el Ajuntament tienen definida una planificación de la obra que permita saber cuándo estará acabada definitivamente la que debía de ser la obra estrella de esta legislatura de Pere Rotger. El alcalde, de momento, ya ha renunciado a inaugurarla antes de las elecciones.
Ante este panorama los comerciantes de la zona se reunirán el próximo 16 de octubre con el concejal de Urbanisme, Bartomeu Seguí, para exponerle algunas reivindicaciones. El presidente de la Asociación de Comerciantes de Inca, Pep Nicolau, pedirá exenciones fiscales para los comercios hasta que la obra no esté finalizada y una serie de mejoras en el día a día de esta gran obra. «Somos unos treinta comercios los que sufrimos el polvo desde ya hace un año. Hay tres locales que han cerrado y el resto aguantamos con pérdidas que, algunos casos, llegan hasta el 40 por ciento. Queremos que el Ajuntament y la constructora se esfuercen más en la limpieza y que doten a esta zona de una mejor iluminación y seguridad por las noches, además de habilitar un sistema de carga y descarga», explicó, y expresó su preocupación porque la época de lluvias pueda provocar nuevos retrasos.
La renuncia de una empresa subcontratada que trabajaba en la excavación y la complicación de esta obra-que supone excavar cuatro plantas al lado del edificio más alto de Inca-ha agravado los retrasos del proyecto.
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