Imagen de una de las tiendas de la firma abiertas recientemente en una de las principales capitales de China.

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MARTA MEDRANO
Hace un mes que Lottusse abrió su última tienda en un gran centro comercial de Shangai, la actual capital financiera de China. El nuevo establecimiento es el segundo que la marca con más historia de la familia Fluxà implanta en Shangai y la octava que abre en China desde hace dos años. Las nuevas tiendas forman parte de un ambicioso plan de expansión con un objetivo muy claro, conquistar el emergente mercado de las cada vez más numerosas clases medias chinas, que poco a poco adquieren más capacidad de consumo. Todo empezó en 2004, cuando esta marca zapatera con 130 años de historia se planteó, con la ayuda de un partner, apostar por China no como país donde exportar su producción sino como mercado donde venderse.

«Ya vendíamos productos en China pero lo hacíamos a través de clientes pequeños. A raíz de un viaje que promovió el Govern entramos en contacto con un partner especializado en introducir marcas de calidad en China. Inicialmente proyectamos abrir 40 tiendas y después lo redujimos a 20», explica el director general y propietario de la marca, Juan Antonio Fluxà. De momento Lottusse ha abierto tiendas en ciudades como Beijing, Guanzhou, Harbin, Nanjing y Sheyang y a finales de año está proyectado abrir también en Xiamen y Wenzhou. A este ritmo se espera llegar sin problemas al objetivo de tener 20 tiendas abiertas en China en 2008.

Entretanto esta marca, liderada por la cuarta generación de la familia Fluxà, da trabajo a un centenar de personas en Inca, donde mantiene su central y la fabricación de uno de sus productos estrella, el zapato «Goodyear», que requiere elevadas dosis de trabajo manual y mantiene el estilo de un zapato clásico. «Este tipo de zapato, especialmente en la línea de hombre, lo queremos producir desde Inca. El resto de fábricas las tenemos en Alicante y en Portugal. En la India producimos la mitad de la sección de marroquinería pero de momento no aspiramos a exportar más la producción sino a abrir nuevos mercados como estamos haciendo en China», dice Fluxà.