Cada participante tenía que ir acompañado de un juez. Este año, en total fueron 51 los participantes aunque después a media mañana hubo un abandono. Una vez celebrado el sorteo de dorsales y jueces, a las 10 horas, se iniciaba la prueba y cada uno acompañado del juez y del perro, emprendía la dirección que más conveniente le parecía para conseguir una buena caza.
Perdices, becadas, conejos, faisanes, palomas torcaces, liebres o codornices eran los trofeos que tenían que conseguir, y sus perros la única ayuda. Al punto de mediodía, ehort d'en Joan Parot, era el punto de encuentro, y allí empezaban a comparecer los cazadores, cansados y con el peso de las piezas a sus espaldas. Al final del recuento de piezas serían un total de 148 las abatidas, con las perdices como estrella con 128 cabezas. Entre los cazadores señalaran la falta de codornices y fue muy comentada la única becada cazada en toda la jornada.
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