El agua no corre por el centro de la vía, sino por los lados.

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PEDRO AGUILO MORA
Tarde y mal. Así se han llevado a cabo las obras de reasfaltado de las calles del centro de Campos finalizadas hace apenas unas semanas. El malestar de muchos vecinos del pueblo y las lluvias caídas durante la semana pasada así lo evidencian. Tarde, porque estos trabajos de reasfaltado deberían haberse llevado a cabo entre los meses de mayo y julio, antes o después de haberse iniciado o concluido las tareas de las mismas características ejecutadas en sa Ràpita durante el periodo señalado. Y mal porque, entre otras deficiencias, la empresa a la que el Ajuntament de Campos ha adjudicado el reasfaltado de la calles del centro urbano han errado a la hora de calcular la pendiente que debe procurarse a ambos lados de las vías con el objeto de facilitar la idónea evacuación del agua de lluvia.

Antes iniciarse cualquier trabajo de reasfaltado viario suelen repicarse las calles afectadas por la obra pública con el objeto de que el nuevo pavimento se adhiera mejor al piso.

Esto es lo que han hecho en Campos, pero no a lo largo de todo el ancho de las vías. La empresa de excavaciones adjudicataria de las obras sólo procedió al raspado de los márgenes sin rebajar la superficie del medio de las calles. De esta manera, el centro de las calzadas ha quedado más alto que el perfil de las bordillos y, al registrarse las primeras lluvias, el agua, en vez de correr por el centro de las calles, lo hecho a izquierda y derecha de las mismas causando así la inundación y desaparición de las aceras bajo el agua caída. Asimismo, este desnivel de las calzadas ha contribuido a la formación de charcos de gran tamaño que, al lindar directamente con las fachadas de las casas, han provocado que el agua haya penetrado en cocheras y se haya filtrado a través de los muros causando humedades.