Las obras para cumplir con la normativa vigente se han centrado en la eliminación de todas las barreras arquitectónicas. Se han adaptado las entradas de todas las habitaciones para permitir el acceso de sillas de ruedas y cualquier otro elemento de ayuda para personas con discapacidad, se han construido baños geriátricos y se han adaptado los baños de las habitaciones de acuerdo con las exigencias legales para este tipo de infraestructuras. Así también, con la colocación de mallazo y capa de aislante se ha podido solucionar el problema de humedad de la planta sótano así como la acumulación de agua en la caja del ascensor.
Por otra parte, durante la pasada legislatura existió un compromiso verbal entre el Pacte de Progrés y el Ajuntament, en aquel entonces presidido por el ex alcalde Josep Muncunill, para proveer a la institución de los fondos necesarios con los que poder hacer frente a los cuantiosos gastos que se requerían para su mantenimiento. Además, Muncunill se comprometió en su día a que la residencia no cerraría sus puertas y que acogería a enfermos de alzheimer. Sin embargo, estos compromisos nunca se cumplieron y la consecuencia inmediata fue que la congregación Agustinas Hermanas del Amparo decidió el cierre de la institución. Finalmente, el Govern balear ha tenido que hacerse cargo del importante déficit que se arrastraba.
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