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C.R.G.
Unos 500 bunyolins se reunieron ayer en la finca de Son Pizà para rememorar la Festa des Quarteró, una tradición recuperada hace ya 13 años y que difícilmente volverá a desaparecer del calendario festivo de Bunyola. Según contaba Andreu Estarelles Pascual en su libro «S'Olivera», en siglos pasados cuando acababa la recogida de la aceituna, l'amo de las fincas de Bunyola ofrecía una fiesta a las collidores. En el encuentro se comía arengades, olivas, aceite y vino. El nombre de «Quarteró» viene de la medida de la tinaja de vino que era de 16 litros. Gracias a este volumen de Estarelles, se recuperó la tradición.

La Escola de Ball es la encargada de organizar la fiesta y cada año convoca a los bunyolins a una finca diferente del municipio. En esta ocasión, le tocó a Son Pizà, donde después de visitar la finca y sus antiguas instalaciones, los vecinos que se acercaron hasta allí disfrutaron de una espléndida comida a pesar de las bajas temperaturas de la jornada dominical.

Este año, se aprovechó para presentar los nuevos caparrots de la localidad denominados por votación popular en Mateu -carboner- y na Bàrbara -collidora d'olives-, patrón y patrona del municipio.