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MARTA MEDRANO
Duró casi seis horas y en él se debatieron los temas que la oposición ha considerado más polémicos de toda la legislatura. El funcionamiento del concesionario de la zona ORA, el supuesto fraude de la ex concesionaria de basuras, la situación de la empresa Per Envant y el convenio urbanístico que un constructor del PP, Joan Ferrà, calificó de «pelotazo». Este asunto fue precisamente el que originó el debate más intenso, pues fue el primero en debatirse. El equipo de gobierno hizo responder al arquitecto municipal, Rafel Vidal, las preguntas de la oposición y explicó que este convenio había originado «numerosas idas y venidas de Ferrà». «Le ofrecimos muchas posibilidades pero nada le iba bien», dijo. El alcalde, Pere Rotger, comparó este caso con el de la edil Malen Cantarellas, a quién se le expropió un inmueble junto a la residencia Miquel Mir. «Son casos similares y admito haber perjudicado a un constructor de Inca pero si lo he hecho es porque por encima están los intereses de los ciudadanos», sentenció.

El concejal de Urbanisme, Bartomeu Seguí, reconoció haber fallado por no haber previsto que la anchura de las calles de la Unidad de Actuación número 7, situada junto al futuro CP de Son Amonda, debían tener 18 metros de anchura por la adaptación del Plan General. La consecuencia de este error se resolvió permutando un solar municipal con la promotora de la zona, Espacio y, dado que el elevado valor del solar dicha promotora entregó 362.440 euros al Ajuntament como compensación. El debate fue complicado. Entre el público estaba Ferrà, que quiso intervenir aunque Rotger se lo impidió, pues no lo había solicitado con antelación. Ferrà asegura haber informado ya de su caso al fiscal Anticorrupción, Joan Carrau de toda la operación.

El concejal del PSOE, Xavier Ramis, mostró en el pleno el acta notarial en la que Ferrà afirma que Espacio le ofreció 1,2 millones de euros por el solar permutado y que nunca llegó a ser suyo. Rotger y Seguí se mofaron. «Es papel mojado», dijeron.