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LL.GARCIA/M.JOY
Estos días se ha retomado las obras complementarias para terminar el proyecto de trasvase de sa Costera, que consisten en la conducción de una línea subterránea de 66.000 voltios, desde la estación trasformadora de la compañía eléctrica El Gas. Esto supone la recta final del proyecto, en la que Fomento tiene como objetivo proporcionar a la estación impulsora la energía necesaria para su funcionamiento. Este aspecto ha sido el principal motivo del retraso acumulado en las obras, cuyo término ha sido fijado por Medi Ambient en el mes de septiembre, cuando está previsto que se realicen las primeras pruebas del trasvase. Las nuevas obras consisten en la excavación de una zanja que va desde el solar municipal de sa Filadora, donde llega la nueva línea de alta tensión, hasta la carretera del desvío, atravesando distintos huertos, parte de los cuales han sido expropiados.

El hecho de que Fomento haya querido que la energía llegue en alta tensión hasta los motores del Camp de Sa Mar, ha supuesto la redacción de un proyecto complementario, pero además, que el aumento de la potencia de la estación impulsora tuviera que ser sometido al dictamen de la Comissió Balear de Medi Ambient y contar con la autorización del Ministerio de Medio Ambiente.

Por otra parte, el Govern balear ha tenido que añadir un millón de euros para subvencionar el proyecto complementario.