Tras detectarse el vertido de aguas sucias, los socorristas prohibieron el baño. Foto: GUILLEM MAS

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GUILLEM MAS
Un vertido de aguas fecales en el mar obligó a impedir el baño en la playa de Cala Gran, en el núcleo de Cala d'Or, entre la sorpresa y la estupefacción de turistas y bañistas. A primera hora de la mañana de ayer, los socorristas de la playa alertaron al teléfono de emergencias del Govern balear que el agua de Cala Gran era totalmente negra, a causa de un vertido de color negro que descendía de una de las canalizaciones de aguas pluviales que desembocan en la playa.

Poco tiempo después, se impidió nadar y se izó la consecuente bandera roja, prohibiendo así la entrada al mar de Cala Gran a los bañistas. Un vez puestos en marcha los dispositivos de alerta, el delegado de Cala d'Or del Ajuntament de Santanyí, Àlvaro Solana, se personó en la playa y ordenó -visiblemente nervioso-, junto con miembros de Emergencias, una analítica del agua de Cala Gran.

Como que las analíticas están 24 horas para saber sus resultados, los bañistas no pudieron entrar en el agua durante toda la tarde de ayer y, según los resultados, no se podrá nadar hasta hoy. Los motivos del vertido, previsiblemente, se deben a que una acometida de una de las calles existentes cerca de Cala Gran desbordó aguas residuales que finalmente acabaron en la red de pluviales, desembocando así en Cala Gran.