La contaminación lumínica que se producirá por la proximidad entre el faro y las construcciones podría llevar a la errónea identificación del faro por parte de numerosos buques de pequeña y gran eslora que navegan frente a sa Mola todo el año. Las demoras y marcaciones que los navegantes marcan en la zona podrían dar lugar a un error en la posición y, por tanto, en la derrota de las embarcaciones, lo que sin duda supone un menoscabo en la seguridad marítima. Para la Asociación de Navegantes, las nuevas construcciones podrían impedir incluso la visión directa del faro en algunos puntos, lo que podría desembocar en accidentes marítimos en la zona del canal de Dragonera.
Un estudio realizado por la asociación en base a fotografías aéreas tomadas por la empresa especializada Estop, demostraría que las construcciones han creado «ángulos muertos» y «superposiciones de luz». La entidad recuerda en su denuncia formulada ante la Autoritat Portuària de Balears que los faros siguen siendo de vital importancia para la navegación, aun en los tiempos de la informática.
El faro de sa Mola es de baja altura de construcción, aunque está muy elevado al estar edificado sobre el acantilado. Por ello, precisamente es un faro de largo alcance y el primero que se distingue e identifica cuando al navegante llega durante la noche desde Ibiza o Valencia.
La Asociación de Navegantes también recuerda en su escrito a la Autoritat Portuària que la Administración está obligada a que las señales sean perfectamente visibles y utilizables, lo que incluye su entorno y efectividad final. .
También se recuerda los responsables de Urbanismo de Andratx que, en caso de producirse un accidente marítimo por esta cuestión, podrían ser ellos los responsables civiles subsidiarios al no haber tenido en cuenta sus técnicos que las edificaciones podían interferir en la seguridad de la navegación.
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