Según los cálculos del sindicato Stei-i, la lista de espera para consultas de médicos especialistas del nuevo hospital ya supera las 400 personas y la apertura gradual del centro -que no funcionará al cien por cien hasta octubre-, unida a la llegada de la temporada turística, hace temer lo peor. «Este hospital se abrió demasiado pronto. Ahora llega el momento en que los profesionales tienen que cogerse las vacaciones y, a la falta de profesionales se añade el hecho de que la apertura del hospital ha absorbido médicos y enfermeras que hasta ahora trabajaban en la atención primaria de esta zona. De algún modo, lo que se ha hecho ha sido desvestir un santo para vestir otro», explicaba ayer el delegado sindical del Stei-i del Ib-Salut de Inca, Bartomeu Ballester.
Las elevadas listas de espera del nuevo hospital han obligado a la Conselleria de Salut a derivar enfermos de Traumatología, Dermatología y Oftalmología a otros centros. La falta de profesionales en algunos centros de atención primaria originan, además, la saturación puntual del área de Urgencias que, según el Stei-i, puede agravarse.
«Si los centros de primaria empiezan a acumular listas de espera los pacientes acaban acudiendo a Urgencias. Ahora mismo este servicio ya atiende a unas 120 personas al día y, inicialmente, estaba previsto que lo máximo fueran 140», dice Ballester, que asegura que el futuro gerente del hospital tendrá que tener en cuenta que el Plan Director del centro ya nació desfasado al prever cifras de población de los años noventa. Ballester, a pesar de todo, elogió la profesionalidad y el talante de determinados profesionales del actual equipo directivo como el director médico, Joan Gili, y el jefe de informática, Bartomeu Sastre.
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