La primera sesión plenaria del Ajuntament de Llucmajor en esta legislatura ha servido para vislumbrar a través de qué siglas políticas -ya sea mediante apoyos explícitos o a través de elocuentes silencios- podrá el PP articular el gobierno del municipio después de haber perdido la mayoría absoluta en las elecciones del 27 de mayo.
Sin ir más lejos, las abstenciones de UM y ASI en la propuesta elevada ayer a pleno por el alcalde Lluc Tomàs (PP) para la contratación de personal eventual, permitirán al equipo de gobierno contar con el concurso de siete asesores, de los cuales seis trabajarán en el Ajuntament y uno en la empresa municipal de servicios Llemsa.
El portavoz de ASI, Joaquín Rabasco, justificó su abstención alegando que estos asesores son «personas necesarias» en el trabajo diario del Consistorio, mientras que el líder de UM, Joan Oller, abogó por no votar en contra de la iniciativa aludiendo a las necesidades del municipio. «Llucmajor es grande y necesitamos gente que trabaje», apuntó. De esta manera, las dos abstenciones de UM y ASI sirvieron para que los 10 votos positivos de los ediles del PP hicieran inútiles los ocho votos contrarios a la propuesta conservadora emitidos por los regidores de PSOE y PSM.
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