Los conductores aparcan en los pocos espacios que encuentran libres, muchos en zonas prohibidas. FOTO: J.M.S.

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JOSEP MARIA SASTRE Las calles de la Colònia de Sant Jordi se colapsan un verano más durante los fines de semana. Centenares de coches de gente con segundas residencias, veraneantes y turistas confluyen en el núcleo para gozar de las playas y la abundante y variada oferta complementaria de la Colònia de Sant Jordi.

Pero las características del entramado urbano de la zona costera es limitado y no cuenta con ninguna infraestructura como un aparcamiento público que pueda paliar la falta de plazas de estacionamiento en las calles. Esto, unido a una evidente falta de concienciación de los usuarios a la hora de aparcar, provoca el caos y algunos colapsos en las calles más céntricas.

El recién llegado equipo de gobierno (PSOE-Progressistes, UM y NIL) del Ajuntament de ses Salines reconoce la existencia de este problema y su difícil solución. El alcalde de ses Salines, Sebastià Burguera (PSOE), advierte que «tenemos un problema muy grave durante los fines de semana». Preguntado sobre si tienen ya alguna iniciativa pensada para acabar con este problema, el alcalde emplaza a «la próxima temporada turística». «Ahora -en referencia al inicio de mandato- nos ha cogido con la temporada ya comenzada, pero ya estamos trabajando para dar con una solución de cara al próximo verano. Será complicado pero estamos en ello», declaró. En este sentido, Burguera no quiso valorar la posibilidad de habilitar un aparcamiento público en algún solar de la Colònia tal y como se ha ideado y sugerido en diferentes ocasiones, aunque nunca se haya llevado a cabo.

Para reducir los efectos durante este verano, el nuevo equipo de gobierno ha aumentado los turnos y los efectivos de la Policía Local de guardia que tienen órdenes de multar y retirar con el servicio de grúa los vehículos que puedan crear problemas graves. «Los fines de semana siempre hay tres o cuatro policías de guardia para controlar todo lo relacionado con la circulación», destaca Burguera.

Los agentes, sin embargo, «sólo multan los casos más extremos y flagrantes, aquellos que pueden causar un grave colapso», explica Burguera, quien añade que «también haremos una labor de informar y concienciar a los usuarios para que colaboren más y respeten las normas de circulación».