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JOSEP MARIA SASTRE Veinticinco años y cuatro ferias después, Ariany es un municipio que aún atesora la esencia de la agricultura, la artesanía, la cultura y la gastronomía de Mallorca que otros municipios de la comarca van perdiendo de forma inexorable.

La IV edición de la Fira Nocturna celebrada la noche del pasado sábado, evidenció que el pueblo mantiene sus raíces, pero también que se ha modernizado y cuenta con un importante tejido empresarial. Sólo un inconveniente: la banda ancha de internet no llega como es debido y los jóvenes del núcleo aprovecharon la muestra por recoger firmas y reclamarla. Es la única cosa que, 25 años después, los mantiene atados al pueblo del que se independizaron. «El problema es que la central está en Petra y aquí no hay ADSL para casi nadie», explicó un joven.

Los más pequeños y los jóvenes de Ariany despacharon pizzas y comida para recaudar fondos para viajes de estudios. Las calles del centro se llenaron de vecinos que aprovecharon para visitar las múltiples y variadas paradas antes de cenar en la muestra gastronómica de ses Torres y es Molí d'en Pau.