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MICHELS/C.R.G. Comerciantes y restauradores del núcleo de Camp de Mar expresaron ayer su profundo malestar por el cierre de la playa durante el fin de semana. El cierre de la playa en plena temporada turística les ha perjudicado enormemente, según pusieron ayer de manifiesto a este diario.

En general, criticaron la falta de información del Ajuntament sobre el vertido que ha obligado al cierre y expresaron su indignación porque ayer ningún operario trabajaba en la reparación de la importante avería. Normalmente, cada fin de semana hay en torno a 2.000 personas en la playa, pero ayer no se contabilizaba ni un centenar. De hecho, de las 400 hamacas autorizadas en esta playa, sólo 40 estaban ayer ocupadas. Además, los comercios y restaurantes estaban prácticamente vacíos.

El propietario del restaurante «Siesta» señaló a este diario que por su local pasaba cada día de fin de semana de 150 a 200 personas, pero ayer estaba prácticamente vacío. El dueño del «Embasador», que acoge a 500 personas los fines de semana, reivindicó que la playa se abra lo más rápidamente posible. «Tendrían que trabajar día y noche y no lo están haciendo», dijo enfadado.