Miles de personas de toda la Isla se acercaron ayer hasta el municipio de Santa Margalida con motivo de la procesión más típica de Mallorca, la procesión de la Beata Santa Catalina Thomàs.
Los vecinos de Santa Margalida asistieron un año más con gran devoción al desfile de doce carrozas que precedían el paso de la Beata Major, que este año estaba representada por la vilera Cristina Bassa, de 26 años. La Beata aguantó estoicamente las tentaciones de los Dimonis y consiguió vencer el Bien sobre el Mal, como manda la tradición.
A la procesión de ayer no faltaron las autoridades baleares, que acompañaron al alcalde del municipio, Martí Torres. Así, el president del Govern, Francesc Antich; la presidenta del Parlament, Mª Antònia Munar; el conseller de Mobilitat, Gabriel Vicens; la consellera de Treball, Margarita Nájera, el conseller de Turisme, Francesc Buils, y representantes de los ayuntamientos de toda la Isla presenciaron la procesión.
El Dimoni Major fue representado un año más por Joan Bauzà, que es el encargado de tentar a la Beata con el Mal desde hace casi diez años, relevando a su padre que también fue el Dimoni Major durante muchos años.
La procesión de ayer representa la vida y la muerte de la religiosa más conocida de toda Mallorca, la Beata Catalina Thomàs. Así, la procesión reproduce diferentes pasajes de la vida de la santa mediante un espectacular desfiles en el que los Dimonis y los payeses son los principales protagonistas.
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