TW
0
JOAN SAMPOL El buen tiempo que reinó ayer en Binissalem invitó a la gente a vivir la esperada Festa des Vermar, una fiesta que puso punto y final a 15 días de actos en el municipio.

Como siempre, la uva y el vino fueron los protagonistas. Así, la mañana empezó con la recepción de las autoridades, recibidas por el alcalde de Binissalem, Jeroni Salom. Estuvieron presentes el president del Govern, Francesc Antich; la consellera de Cultura del Consell, Dolça Mulet; el alcalde de Inca, Pere Rotger, y los alcaldes de Lloseta y Selva, Bernadí Coll y Joan Rotger, entre otros.

Después, la iglesia de Santa Maria de Robines acogió la misa solemne y, seguidamente, la plaza se llenó de gente para contemplar el concurso de racimos. Los ganadores de este año fueron Joan Reus en la categoría de local, con un racimo de 3'1 kilos, y Ramon García, de Consell, que se llevó el primer premio con un ejemplar de 4'1 kilos.

Una vez terminado el concurso, los vermadors y vermadores procedieron a pisar la uva para sacar el primer mosto y ofrecerlo a la Virgen de Robines. Seguidamente, fue el turno de los gigantes de Binissalem, Jaume y Aina, que, acompañados de los xeremiers, bailaron para toda la gente que se reunió en la plaza.