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MARTA MEDRANO El Parque atural de s'Albufera celebró ayer el día de las aves con un taller de pintura naturalista, una muestra de anillamiento y una jornada dedicada a explicar la gestión de esta zona.

Los datos de este humedal indican que s'Albufera ha mejorado su biodiversidad en los últimos 20 años. Así, si en 1986 se contabilizaban en esta zona 1.914 aves y 210 especies actualmente el número de ejemplares ha ascendido a 9.840 y el de especies a 299.

Este hecho positivo esconde, sin embargo, otra realidad, según explicaron ayer el naturalista Pere Vicens y el educador ambiental Jordi Amengual, en una visita orientada a los medios de comunicación. «Los resultados son buenos, pero también es cierto que cada vez más pájros dejan otras zonas húmedas de la Isla. Si finalmente también desaparece la zona de ses Fontanellas, en Palma, el número de aves que viven aquí aún crecerá más», dijeron.

Actualmente en s'Albufera trabajan 16 personas y, en esta zona, se pueden ver con facilidad aves como la queca, el gallfaver, la fotja banyuda o el pato carablanca y la roseta, entre otras.

Amengual y Vicens aprovecharon para defender el papel de las aves como bio-indicadores. «La observación y el control de los pájaros nos sirve, entre otras cosas, para detectar los efectos humanos en el medio ambiente. Los niveles de nitratos del aguade la comarca, el exceso de construcción o la presencia de demasiada gente también se reflejan en su comportamiento de los animales», añadieron.

La gestión del Parc Natural de s'Albufera combina actualmente formas tradicionales, como la presencia de pastos, los incendios controlados de carritx o la agricultura, con la utilización de maquinaria que ayuda a dragar y a controlar la calidad del agua y a eliminar sedimentos, además de favorecer la diversidad de las especies.