El centro de Inca cuenta desde hace pocos meses con un restaurante de comida rápida.

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MARTA MEDRANO

Talleres mecánicos que se convierten en bares y discotecas chill-out, cafés tradicionales que se transforman en franquicias de multinacionales de comida rápida, bares de toda la vida que cierran y se renuevan como cafeterías de lujo...Los locales de Inca están viviendo una auténtica revolución y donde antes había colmados o mercerías de toda la vida ahora se pueden ver peluquerías modernas o nuevos conceptos de tiendas de ropa en las que se pueden adquirir vestidos y productos exóticos o de decoración al mismo tiempo. En concreto, el tipo de tiendas y bares que acostumbran a salir en las revistas urbanas que proliferan en Palma o Barcelona, últimamente, también han llegado a Inca. De hecho, en los últimos años incluso se ha creado una revista específica dedicada exclusivamente las tiendas de la capital del Raiguer.

Todo un movimiento que va acompañado de nuevas sucursales bancarias o de alimentación y que se refleja en los datos del área de Urbanismo de Inca. Así, las licencias de reforma de locales han crecido más que las licencias para construir viviendas nuevas y si los pisos nuevos se han multiplicado por dos desde al año 2000, los locales reformados se han multiplicado por tres.

En concreto, las peticiones de licencias para reformar locales han pasado de 44 en el año 2000 a 423 en 2006. La tendencia va a más, según afirma el concejal de Urbanismo, Bartomeu Seguí. «La construcción de pisos está estancada, pero los locales nuevos se multiplican como consecuencia de la apertura del hospital y del crecimiento demográfico y urbanístico», explica. «Muchas casas del centro se venden y luego se derriban para construir pisos. Bajo cada una de estas fincas surgen locales y en éstos se instalan tiendas o restaurantes. Es toda una rueda», añade.

Seguí asegura que a todo esto hay que añadir también el denominado «efecto hospital». «El centro hospitalario crea puestos de trabajo estables y genera una atracción de la inversión hacia Inca. A veces estos nuevos locales son explotados por gente de Inca pero también llegan muchos inversores de fuera», añade, y recuerda que, además, en los últimos años se han creado en Inca unos 2.000 puestos de trabajo, mayoritariamente en el sector servicios.