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Nunca antes la carretera de Manacor había estado tan vigilada como ahora. Atrás ha quedado la calificación de «carretera de la muerte» con la que durante muchos años se la conoció.

Tal es el cambio que, actualmente, la carretera Ma-15 es la mejor gestionada de Mallorca con diferencia. Es el orgullo del Departament d'Obres Públiques del Consell, aunque no todos los expropiados están de acuerdo con el proyecto. La unión temporal de empresas mallorquinas, Pamasa, que se encargó de la construcción del desdoblamiento, también es la responsable de su explotación. Durante 30 años tendrá la concesión y sus ingresos dependerán en parte de los coches que circulen por la carretera.

En la salida del Camí Vell de Porreres y a pocos metros de la carretera, se localiza el centro de operaciones de la carretera, una finca de 14.000 metros cuadrados con oficinas, almacenes y espacio para depositar el material necesario. Allí trabajan, cada día, 27 personas que velan porque la carretera esté en buenas condiciones de mantenimiento. Ellos se encargan de que la jardinería esté cuidada, de reponer las señales de la carretera dañadas, de retirar los coches abandonados, etcétera.

Además, son los primeros en personarse en caso de producirse un accidente. Un total de 22 cámaras -que llegarán hasta 29- permiten tener totalmente controlado el tráfico. Desde la sala de control, con grandes pantallas se puede ver la circulación en tiempo real las 24 horas del día. Cinco trabajadores cubren todos los turnos. Y en caso de accidente, ellos se encargan de avisar al 112 y de enviar operarios para reordenar el tráfico. En 2007 no hubo víctimas mortales en la carretera y los siniestros son ocasionales, unas estadísticas inimaginables hace unos pocos años. Julián López, uno de los encargados de controlar las pantallas, explica la mayoría de accidentes se producen en las rotondas. «A veces, pasan muchos turnos hasta que hay algún accidente», dice.

Gonzalo Aguiar, director insular de Carreteras, también destaca que se han acabado los atascos en la carretera. «La aplicación de nuevas tecnologías», pone de manifiesto Aguiar, «permite ofrecer más seguridad y comodidad a usuarios de las carreteras. La asistencia rápida, el cambio inmediato de señalización, evita más accidentes». Cada día circulan por la carretera 20.600 coches, aunque tiene capacidad para 50.000.