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La gente de Mallorca ya empezaba a tener ganas de feria y, ayer, miles de personas llegadas de todas partes de la Isla llenaron las calles del municipio de Santa Margalida que celebraba el 25 aniversario de la tradicional feria.

El tiempo, más veraniego que primaveral, propició a que los visitantes y vecinos de Santa Margalida recorrieran las principales calles con las chaquetas en la mano e, incluso, en manga corta. Durante el recorrido, se podían observar múltiples paradas que recordaban la Mallorca antigua.

Así, la fundación Natura Parc montó encima de la Plaça Major un huerto y una gran exposición de herramientas de campo antiguas que llamaron la atención a las personas más mayores que recordaban sus días de trabajo en el campo. También en la céntrica plaza, los visitantes pudieron conocer las actividades de todas las asociaciones municipales que enseñaban sus trabajos y ofrecían información sobre las distintas actividades que organizan. Ya en la calle del Ajuntament, los curiosos disfrutaron con la muestra de antiguos artesanos que enseñaban sus trabajados y objetos. También se pudo contemplar a un maestro artesano elaborando un bastón de madera en vivo y en directo, mientras que su vecino, con aguja en mano, hacía unas preciosas alpargatas.

Pero la modernidad también se encontró en la feria de ayer. Los amantes del motor tenían su cita en las calles del polígono, donde pudieron contemplar coches modernos y antiguos y una gran exposición de motos. Los comerciantes también tuvieron su espacio para promocionar sus negocios junto a una curiosa exposición de bonsais, que llamó la atención al público que entraba en el recinto para contemplar estos curiosos y pequeños árboles.