Miles de personas se concentraron ante la puerta del Ajuntament de Llucmajor. Foto: CRISTIÁN CASTRO

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Al grito «¡que pague el alcalde!», una multitudinaria concentración recorrió ayer las calles de Llucmajor para protestar por la subida del IBI y del catastro. La participación se estima que rondó las 2.500 personas. Valga como ejemplo que la cabeza de la comitiva llegó a alcanzar a los últimos al paso por la plaza de Espanya. «Nunca se había juntado tanta gente en Llucmajor», comentaba uno de los policías locales que vigilaba la protesta.

El manifiesto de la protesta, leído por Dolors Peris, presidenta de la plataforma por los derechos ciudadanos, reclama que «nuestros impuestos reviertan en el pueblo, en s'Arenal y s'Estanyol y las urbanizaciones y no en el bolsillo de los gobernantes PP-ASI y sus asesores». Los manifestantes prodigaron al alcalde, Lluc Tomàs Gritos de «¡fuera!, ¡fuera!», «¡dimisión!» y «¡chorizo!». Los convocantes recuerdan que la ley permitía al Ajuntament bajar la tasa del IBI hasta el 0'1 por ciento y que, en lugar de eso, se ha subido del 0'55 al 0'8 por ciento. Esta medida permitirá al municipio recaudar cinco millones de euros más que el año pasado.

En sus reivindicaciones exigen un cambio de actitud a Lluc Tomàs, «que mire por el bien de los ciudadanos y no del suyo propio» y le exigen que haga todas las gestiones posibles para rebajar el IBI. «Queremos que el pueblo de Llucmajor pase a los anales de la historia como un pueblo con seny, próspero y que pueda ser un ejemplo, añaden. A la manifestación asistieron concejales de todos los grupos de la oposición municipal y otros cargos, como el diputado electo Antoni Garcias. Sin embargo, algunos de los manifestantes comentaban: «aquí hay muchos que votaron el PP hace dos domingos». Toda la protesta se produjo de forma completamente pacífica. La próxima cita contra el IBI será en el pleno del próximo miércoles.

La Delegación del Gobierno ha contestado al alcalde Llucmajor que atribuía la subida de impuestos al Ministerio de Hacienda. El Ejecutivo aclara que fue el Ajuntament quien pidió que se actualizara el catastro en el año 2005. Además, añade que el propio alcalde dio el visto bueno a los nuevos valores el 22 de octubre, cuando la aprobación de las tasas municipales fue en el pleno del 31 de octubre. En un comunicado la Delegación enumera además una serie de medidas que el Ajuntament puede adoptar para paliar el impacto de una actualización del catastro. Así, recuerda que se prevé rebajar de forma extraordinaria el tipo del IBI hasta el 0'1%, cuando el mínimo es del 0'4%. En Llucmajor este año está en el 0'8%. Además, recuerdan que este año se ha aplicado una reducción del 90% en el incremento del valor catastral que se recuperará paulatinamente hasta el 2017. «Esto significa que el incremento final del importe del recibo del IBI depende exclusivamente de lo que decidan las autoridades locales y no del incremento del valor catastral ni de la base liquidable», concluye la Delegación.