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Faltaban apenas diez minutos para la misa de las once cuando los fieles se apresuraban por besar la imagen de la Mare de Lluc, a punto de ocultarse en la capilla trasera de la basílica para pasar a presidir la eucaristía como cada domingo. Ayer se celebraba el 124 aniversario de la coronación de la Mare de Déu de Lluc, un indicativo de la inminente apertura del año jubilar, en el que se celebrará el 125 aniversario de la coronación y cuyos actos oficiales comenzarán el día de la Diada, el próximo 14 de septiembre.

El canónigo de la Seu de Mallorca y rector de la parroquia de Sant Alonso Rodríguez de Palma, Joan Bauzà, fue el encargado de presidir una eucaristía con claras alusiones al espíritu olímpico.

Monseñor Joan Bauzà recordó que hace 124 años que el obispo coronó a la virgen de Lluc con una corona pagada por suscripción popular. «Que los ciudadanos de Mallorca nos convirtamos en una nueva corona de militancia esperanzada en la causa de su hijo», dijo Bauzà.

Un centenar de personas escucharon la eucaristía en la basílica del Santuario que como es tradicional estuvo amenizada por las voces de los blavets.
Durante la presentación de las ofrendas, los blavets portaron hasta el altar un cuadro del beato Pere Gelabert, mártir de la ciudad de Manacor, que ha sido cedido por Miquel Garau, de la Compañía de Jesús, para incorporarlo a la galería de los santos y beatos mallorquines de la capilla del baptisterio.