Aparte de paja, los asistentes no cesaron de lanzarse agua para refrescarse.

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ANTONI POL

Cerca de un millar de sencellers acudieron ayer a la segunda edición de 'Embala't', una fiesta ya consolidada en la que la paja y el agua son los elementos protagonistas.

La fiesta empezó a las once de la mañana, cuando una numerosa escuadra de 'mobylettes' depositó en dos pozos de las afueras del núcleo urbano, en medio de los rastrojos que caracterizan el campo senceller, las balas de paja que luego se utilizarían para la fiesta. Cerca de las dos, en la plaza Nova, unos fideus de roter preparados por Jordi del Navi y su esposa constituyeron el plato principal de la comida. «Para digerir los fideos», como dijo uno de los asistentes, «nada como una buena caminata» hasta los pozos para traer otra vez las balas hasta el pueblo.

El acto central, la batalla de paja, empezó hacia las cinco de la tarde y se alargó hasta entrada la tarde, cuando el cansancio empezó a apoderarse de los participantes. Los xeremiers estuvieron presentes durante toda la jornada y no pararon de animar los festejos con sus melodías.

Tanto el alcalde, Joan Carles Verd, como el edil de Fiestas, Bartomeu Morro, asistieron a la fiesta y expresaron su satisfacción por el alto nivel de participación que se ha conseguido al celebrarse sólo segunda edición.