La gran variedad de estantes y productos combinados con múltiples espectáculos callejeros animaron la Fira de ayer. Fotos: JOAN SITGESD

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J. SITGES/M. BONNÍN

Los cuatro kilómetros de les Avingudes de Manacor se transformaron ayer en una zona abierta al comercio y la artesanía. Cuatro mil metros llenos de estantes, carpas y puestos repletos de los productos más variopintos. Los manacorins y todos los visitantes que llenaron las calles presenciaron una Fira de Setembre muy concurrida que amaneció nublada y se retiró sin que hubiese caído una gota de lluvia.

Miles de personas se pasearon durante la mañana y la tarde de ayer por les Avingudes contemplando los productos que ofertaban los puestos. Todos los sectores estuvieron presentes y hasta hubo lugar para la Plataforma per l'Educació, que reivindica mejoras de la enseñanza en el municipio.

Este año se cumplía la undécima edición de la Fira de Setembre a les Avingudes. Su objetivo es potenciar el comercio de esta zona de la ciudad durante todo el día, ya que por la tarde, los espectáculos familiares aportaron la animación necesaria para mantener las calles abarrotadas. Aunque en esta edición, la muestra de coches y de maquinaria industrial no participó en la feria, la diversidad fue una de las notas dominantes durante la jornada. Todos los sectores estuvieron presentes y se podía encontrar prácticamente de todo. Los productos alimenticios de elaboración artesana tuvieron mucho éxito entre el público, pero la bisutería, los textiles y los juguetes también hicieron las delicias de grandes y pequeños demostrando que el comercio local goza de buena salud.