Las niñas y niños de Manacor no tienen espacios adecuados en la calle donde poder jugar.

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El Informe de Población Infantil en Manacor de 0 a 10 años realizado por Miquel Oliver Nogués para Gadeso realiza una síntesis del déficit histórico que la ciudad de Manacor tiene con los niños y niñas, a la vez que señala algunas propuestas para repararlo. Al no haber espacio para los niños «hay una cosa que llama la atención, y es que a los núcleos de Cala Anguila, Cala Mendia, S'Estany den Mas y Cales de Mallorca, no tienen ni un sólo parque infantil». Lo que significa que ni los 132 niños que viven permanentemente en estas urbanizaciones, ni los miles que vienen de vacaciones durante los meses de verano, tienen un espacio para jugar en la calle.

Según Oliver, «sería ideal que para cada niño existiesen dos metros cuadrados de suelo público de uso infantil» pero «en Manacor la proporción es 0'72 metros cuadrados para cada niño». Aun así, los parques infantiles manacorins tienen carencias. Oliver denuncia que «ningún parque tiene la señalización pertinente para indicar la edad adecuada para cada juego, ni el teléfono para comunicar deficiencias, ni la indicación de los centros sanitarios más próximos en caso de accidente».

Pero los parques no son los espacios exclusivos por los más pequeños. «Andar a pie es un placer para los adultos pero para los niños es una necesidad porque les permite utilizar su autonomía y orientarse». Según los resultados del Informe, los niños y niñas manacorins lo tienen muy difícil.

«Un diez por ciento de las aceras no llega a los 60 centímetros de anchura y otro 20 por ciento más no llega a los 90 centímetros».

La situación de los equipamientos educativos del municipio es también uno de los ejes principales del estudio. En las guarderías sólo «se ofrecen 75 plazas públicas para los pequeños de cero a dos años». El esquema se repite en los centros de educación infantil y Oliver lamenta que «que el segundo ciclo de infantil no es obligatorio pero sí que es un derecho que los padres pueden exigir aunque no existan plazas suficientes». Y es que por los 1.358 niños de entre tres y cinco años que viven en Manacor, hay 1.325 plazas escolares.

Oliver recoge también la «sobresaturación de las escuelas de educación primaria», pero lo que llama más la atención es que los alumnos de procedencia extranjera no están repartidos de una manera uniforme. En los centros concertados la media de alumnos inmigrantes es del 11,47% y en públicos es diez puntos superior.

Los polos de esta realidad los representan el colegio público Simó Ballester, con un 35,31% de alumnos inmigrantes y la escuela concertada Sant Vicenç de Paül, con un 9,81% de alumnos de procedencia extranjera.