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Ropa, libros, discos, sillas, mesas, herramientas de campo, utensilios de cocina o cualquier cosa usada era ayer motivo de regateo en la localidad de Maria de la Salut. El pueblo acogió ayer la XVI Fira de l'Ocasió i Segona Mà, más conocida popularmente como el «rastrillo del Pla», que congregó a cientos de amantes de las antigüedades y objetos de colección que no pararon de recorrer las principales calles de Maria en busca de la mejor ganga.

Paseando entre las calles de la localidad, la gente se podía encontrar todo tipo de objetos que invitaban a la memoria por su antigüedad. Mientras los más pequeños mostraban su sorpresa ante los grandes muebles antiguos, los padres y madres les explicaban su uso y su nombre, como el cantarano.

De esta manera, más de 250 vendedores llenaron ayer las principales calles del municipio donde expusieron todo tipo de utensilios y elementos de decoración que llamaban a atención de curiosos y vecinos. Por otra parte, los visitantes a Maria también pudieron disfrutar con la asistencia de maestros artesanos en la sección de Fet a Maria, además de un monográfico de ca de bestiar y una demostración de perros d'atura.