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MARGALIDA RAMIS Un año más la Fira de Pollença consiguió atraer gente de toda la Isla que no quiso perderse una de las ferias más populares y con más variedad de productos, especialmente artesanales. Además, este año la Fira de Pollença estaba de celebración, ya que cumplía 25 años, de manera que en el interior del Claustre un 25 gigante recibía a los visitantes. A pesar de que durante todo el fin de semana se han celebrado varias actividades, la mañana de ayer se consiguió un éxito total, de modo que a primera hora de la mañana, con la llegada de las autoridades autonómicas y locales, el goteo de gente fue constante.

El Claustre del Convent acogió un año más las paradas de productos artesanos, mientras que en Can Conill pudo observarse desde las diez y hasta la una del mediodía una demostración de caza de cabra salvaje con lazo, además de ofrecer una degustación gastronómica. Igualmente, prácticamente todo el núcleo urbano se vistió de feria, ofreciendo a los visitantes todo tipo de productos y exposiciones. Así, por ejemplo, la Plaça Major acogió el mercado de alimentos y la feria de oportunidades, mientras que en la Via Pollentia estaban ubicadas las carpas de comerciantes, de Producte Balear y de Medi Ambient del Consell y del Govern.