Las autoridades locales y autonómicas visitaron ayer las instalaciones del comedor social de Inca. Foto: M.N.

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El comedor social de Inca ha comenzado a notar los efectos de la grave crisis económica. Por primera vez desde que abrió sus puertas, tiene lista de espera. En concreto, son 30 personas las que esperan poder acceder a este servicio desde el pasado mes de julio. El comerdor atiende cada día a 50 personas y. según explica la trabajadora social, Marta Fernández, «aunque la mayoría de usuarios son de la tercera edad, en los últimos meses ha habido un incremento de familias extranjeras regularizadas que han quedado sin trabajo». «Y Cáritas no puede asumir a tantos usuarios por falta de recursos», agrega

Para intentar paliar esta situación, la consellera de Afers Socials del Govern, Josefina Santiago; el president del Govern, Francesc Antich, y el alcalde de Inca, Pere Rotger, visitaron ayer las instalaciones del comedor social para anunciar que el Govern destinará una partida de 25.000 euros al comedor de Inca para ayudar a mantener el servicio e intentar reducir la lista de espera.

Además, la consellera d'Afers Socials también habló de una ayuda de 250.000 euros destinada a diferentes ONG que trabajan a nivel autonómico. Santiago indicó que «ha aumentado el número de familias regularizadas que han visto reducidos sus ingresos por lo que necesitan ayuda para cubrir sus necesidades básicas».

Por su parte, el alcalde de la ciudad, Pere Rotger, aseguró que «desde el Ajuntament destinamos 50.000 euros al comedor social, pero somos conscientes que es una cifra insuficiente para dar contenido a las necesidades del servicio». En este punto, Rotger recordó que «Cáritas necesita una inyección económica de unos 134.000 euros para poder hacer frente a la actual situación y, de momento, hemos encontrado la colaboración del Govern para tener una ayuda en el comedor social».

Aún así, el alcalde Rotger recordó que la institución competente en el comedor social es el Consell de Mallorca, «por lo que tengo una reunión con el conseller insular de Benestar Social, Jaume Garau, para hacerle ver las necesidades del comedor social de Inca». En este aspecto, el alcalde manifestó que «las instituciones tenemos el deber de buscar soluciones».

Lo más destacado tanto por las autoridades como por los trabajadores del comedor es el cambio de perfil de usuarios que acceden a este servicio en los últimos meses. Los actuales usuarios del servicio son personas con una casa y bienes que no tienen suficientes recursos económicos para poder llegar a fin de mes.